
Y en medio de todo esta ella, mi ventana, que me delimita el mundo cuando lo necesito y me deja explorarlo cuando quiera, nunca me pide nada y siempre está, haga frio o calor, llueve o truene, a veces me susurra con ayuda del viento y otras veces se entre abre para dejarme escuchar el corazón del mundo, desde el amanecer hasta el anochecer.
Mi ventana siempre estará al lado de mi cama.