martes, junio 25, 2013

Ver sin abrir los ojos.

Un ejercicio que hago demasiado, casi por inercia diria yo, algo que en mi es tan cotidiano y tan natural que muchas veces me pregunto si lo hiciera en público cómo reaccionaria la gente.

Despierto y sabedor del lugar donde me encuentro y como me encuentro solo necesito una melodia, una canción, nada más, algo simple, nimio, pequeño y sencillo pero tan poderoso que es capaz de llevarme miles de kilometros en un solo segundo y quedarme justo dónde esa melodia se perderia entre los sonidos y visiones del lugar.

Cierro los ojos y lo que veo no es oscuridad, al contrario, veo una calle llena de luces, de vida, un parque inmenso con todo lujo de detalles, unos ojos que me miran y una boca que me sonrie, un fotograma de una pelicula que no se ha montado ni proyectado jamás, pero así está montada y capturada al milimetro cada movimiento, cada gesto incluso a veces cada olor.

En este caso la imáginación deja poco para ensoñaciones, es todo tan real y a la vez soy consciente de que no estoy allí que no se como explicarlo.

Fumo mucho, si, no cambio de tema, los que me conocen saben que a veces estoy solo fumando y mirando al infinito, no hace falta cerrar los ojos para aquella visión.

Y la visión es tan nitida y clara que si hubiera tenido el don que una parte de mi familia tiene creo que me habria ganado la vida dibujando y creando ensoñaciones propias.

Pero la vida es caprichosa y aun que mi viaje sigue su camino con paso firme y tranquilo hay que pararse a contemplar cada detalle. 

Lo que ven mis ojos en esta época que nos ha tocado  se contrapone, por eso muchas veces prefiero no bajar de mi nube y sonreir, no hace falta tener los pies en la tierra,  puesto que la tierra ya se ha convertido en barro y nos está salpicando, perfiero dejarme de zarandajas y mirar entre las nubes para encontrar otras distintas, más grandes y más blancas donde haya muchas sonrisas y muchos ojos abiertos que vean realmente lo que importa, por que ver con los ojos cerrados no deja de ser solo eso, ver lo que queremos sin poder sentirlo al abrirlos.

domingo, junio 16, 2013

Y PASÓ

Como por arte de mágia, casi sin esperarlo, ya hace un año que mi vida cambió radicalmente, no en el aspecto mundano de ubicación o trabajo, eso es para los que añoran un cambio en sus vidas por que no les gusta la suya propia pero no quieren mover los pies.

Me refiero a un cambio interior tan intenso que hoy, después de un año no soy capaz de explicar y expresar correctamente a la gente que me pregunta.....¿qué tal tu viaje?

No hay un limite de respuesta para dicha pregunta, no se trata solo de un viaje, ni de un viaje especial por ser un destino que llevaba casi media vida desde que recuerdo queriendo ir, no se trata de eso en absoluto.

Hablar de ese viaje es hablar de un viaje interno y personal de tal calado que ya lo profetizaba en entradas anteriores, jamás volveré a ser el mismo y así es, no solo por la maravillosidad del viaje ni por la compañia mejor o peor, eso es lo que menos importa al final, el poso de aquella inolvidable aventura, el ser consciente de estar en la otra punta del mundo y sentirme como en casa, el echar de menos a las personas no por la distancia sino por la tristeza que me causaba el echo de que ellos no podian estar allí, compartiendo la mágia, la esperanza, la mirada de asombro de los niños, las risas timidas de las adolescentes, el bullicio silencioso de las avenidas, las sonrisas de todas las personas con las que te cruzabas, las pequeñas cosas que hacían grande cada minusculo segundo vivido, el mismo aire parecia distinto.

Y todo eso se queda corto con lo que dentro de mi se gestó, algo grande, algo brillante y lleno de vida, una esperanza y un sueño como jamás he creido poder imáginar pero sobre todo una voluntad que quien me conozca bien sabrá que no habia tenido en mucho tiempo, que cada vez era más dificil saltar de la cama en busca de algo nuevo en el horizonte...eso ya no volverá, jamás volveré a dar por supuesto que hay cosas imposibles. Ya lo se, un simple viaje para el resto de los mortales supuso para mi cambiar radicalmente todos mis aspectos negativos y transformarlos en lucha, voluntad y costancia...esa necesaria en estos días en la que solo veo caras largas, cabreos, quebraderos de cabeza y estres y sin embargo con la que está callendo solo me hace falta un segundo para recordar cualquier cosa de aquel viaje y mi cara refleja una sonrisa imposible de disimular.

¿qué tal el viaje? me siguen preguntando....seria mas apropiado decir...¿Qué tal tu viaje?.

Y ahora, cuando queda poco para volver a ir y con la esperanza de que nada lo entorpezca vuelvo a sentir que este segundo viaje me cambiará más si cabe, pero ya no estoy asustado como antes, ahora quiero exprimir cada segundo de vida y coger lo que se me presente sin renunciar a nada que no pueda conseguir...por que se que terminaré consiguiendolo.

Si, hablo de aquel pais maravilloso.