domingo, mayo 13, 2012

HACIENDO POSIBLE UN SUEÑO





Un sueño que lleva conmigo desde que tengo un ápice de conciencia, desde que empecé a soñar con imposibles y a sentir que nada es inalcanzable.

Para muchos será un simple viaje, algo tan cotidiano como su día a día, como tomar café por las tardes y casi un acto sin valor.

Para mi, es algo más grande, es saber que se pueden cumplir sueños y superar mil y una tormentas.

Miedo e ilusión de la mano, volver a mirar con inocencia lo que está a punto de llegar, ver cielos nuevos y contemplar un mundo que hasta ahora era demasiado para unos ojos tan nimios.

Pero los sueños si se hacen realidad, al igual que todo en la vida, hay que exprimirlos, hay que aprovecharlos, luchar por ellos, por mantenerlos y no descartarlos una vez cumplidos.


Hay que soñar despiertos para hacerlos posibles, para darnos cuenta lo que necesitamos en la vida, para proponernos a nosotros mismos metas, horizontes e incluso una vida nueva.


Si, ya se que es un discurso muy manido y con palabras muy desgastadas que se perderán en un mar de hipocresia y escepticismo racionalista, no quiero emocionar a nadie, no pretendo vender ilusiones sin sentido si no se comparten los sueños.


Desgraciadamente en este mundo las personas crecen y sus sueños se difuminan en su vida llegando a ser olvidados, algo tremendamente triste y sin sentido ya que si no cumplimos a un que sea un sueño en nuestras vidas, la vida misma carecera de aliciente para ser felices.


Mi felicidad depende de mis sueños e ilusiones y despúes de tantos años concienciandome de que hay cosas que no se pueden tener llega, casi inesperadamente mi primer sueño, con las manos abiertas y sonriendome para que vaya con el.


Es tan profundo, tan intenso lo que se siente al ver como un sueño que casi desaparece en mi vida se hace realidad que se que mi vida no volverá a ser la misma jamás, pase lo que pase, no volveré a ser el mismo y jamás daré un sueño por imposible.