Amanece, el gris de la ciudad hace que junto con el cielo parezca una foto mal revelada, mucho azul, muchas sombras, un frio humedo recorre la ciudad cortando el sueño y borrando las sonrisas. Amanece y pienso ¿por qué sigo aquí? ¿acaso tengo a donde ir? Pasos de peatón borrados, sonidos de ciudad que no comprendo, mejor dicho, que no quiero comprender, anelos, recuerdos, ganas de dejarlo todo y perderme, ganas de gritar al mundo que estoy aqui, ganas de todo y ganas de nada. ¿pero que hago? necesito volver a despertar, necesito volver amanecer, necesito buscar y que me busquen, necesito mirar y que me miren, necesito tantas cosas que no se por donde empezar. Amanece y el calido aroma del café me da los buenos días, el único que sigue a mi lado, el único que consigue que un día gris, frio y triste se torné en un simple y pasajero día.
Fluido, volador, frio o calido que acaricia mi piel para decirme hola.Me gustas en las horas nocturnas cuando jugeteas con las sombras, cuando susurras en mi ventana. Aire, amante transparente de la luna, manto del mundo que viajas por él.Bocanada profunda que viajas dentro de mi y escapas a la misma velocidad con la que te beso.Aire, que te transformas a tu antojo en brisa y me acompañas alli donde voy.Fria, suave y palpitante, ¿quíen sabe donde has estado compartiendo silencios y gritos?Cuentame que has visto, que has vivido, que has sentido y que has dejado atrás.Cuentame si esta noche vendrás, si esta noche, me volverás acariciar.Aire, que te llevás todo de mi y tu vácio me deja con una sonrisa en los labios cuando divertidamete me dices adios.
Con un puñado de letras que devorá el corazón me dijistes por ultima vez adiós dejando una confusa mirada en tu vista atras con paso firme hacía el horizonte gris acopañada del silencio que tras de ti siguió durante una eternidad y ahora que los sueños son otros que los besos siguen siendo rotos y las sonrisas esconden el miedo ahora, ya no hay recuerdos ya no existe la melancolia ya no hay oscuras aceras ahora solo quedan lineas rectas del infinito paseo hasta mi casa de las amapolas mojadas de las pesadas cadenas de fantasmas de los aromas que vagán por mi habitación de los sonidos encerrados en los momentos disueltos en el vino de una copa con la boca rota