viernes, agosto 20, 2010

PISANDO HOJAS

Para escuchar el crujir de cada paso que se da, de cada momento que quede atrás. Mirando hacia el cielo, ahora azul, pronto gris que contendrá las lágrimas de aquellas nubes que son como esculturas que aun pueden sentir y llorar. Parado en el camino para contemplar lo que me rodea, para contemplar lo que antes no podía ver teniéndolo tan cerca. Camino despacio para saborear el momento, para que poco a poco pueda almacenar todo en mi cabeza y no se pierdan en un mar de dudas, de gestos, de idas y venidas. Mi cuerpo se estremece entre tanta belleza, se inunda de su calidez y se balancea con su brisa. Complaciente espacio, añorado y a veces odiado en la memoria hasta no poder evitar pensar y gritar en un paraje desconocido, perdido de ninguna parte, para sentirse libre estando preso de todo lo que no te ata, si, sera eso, preso sin serlo, atado sin ataduras, que la peor cárcel del mundo somos nosotros mismos, sin poder explicar como podemos seguir en el mismo sitio preguntándonos una y otra vez....¿esto es todo? no, es todo lo que queramos ser, es todo el tiempo que queramos estar quietos contemplando el camino, es todo aquello que merezca ser contemplado al menos durante unos segundos y después, seguir caminando, que los acompañantes vayan apareciendo y se queden contigo a contemplar nuevamente lo que merece la pena, lo demás no importa, ahora solo importa mirar con claridad.

No hay comentarios: