domingo, diciembre 16, 2012

DOMINGOS DE HOJAS CAIDAS.

Rojizas formas que cubren mis pasos con esa brisa otoñal y nublado cielo.
Pensamientos mezclados y recuerdos perdidos que aparecen con la escasa luz de la tarde.
Olores lejanos que acarician mi cuerpo con su cálido abrazo.
Tranquilidad, demasiada tranquilidad.
Se perdieron en la memoria tardes de café y sonrisas.
De hablar hasta el anochecer de nada y todo a la vez, de anécdotas y curiosas circunstancias que nos hacían sentir que lo vivido era grande y el futuro era nuestro.
Miradas que se buscan en la oscuridad de cada segundo en una cama marcharon con el viento.
Caricias desveladas y cosquillas en la espalda iluminada por la luna.

No importa el tiempo, ni siquiera la razón ya, ha pasado demasiado tiempo como para que valgan excusas para no sentir nostalgia.
Transformar besos en versos, convertir caricias en cicatrices y luchar por mentir al corazón usando la ficticia razón para no partirlo en dos.
Futilidad diaria e insipidez emocional tras el tímido intento de ser feliz sin ti.
Jamás te he tenido, nunca te he besado y sin embargo, sin embargo creo haber vivido mil pasiones a tu lado.

Amor en silencio por la cobardía de este maltratado corazón que no se atreve a decir nada.




 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te vi sin verte, y sin saberlo supe, que ibas a hacerme más daño que aquél día en que no me lo hicistes. Perdóname, no sé si vengo de un futuro incierto donde no sé si vamos a ser o ya fuimos.

K.

A.sd dijo...

¿Dónde termina lo que jamás empezó?
¿Que hacer con besos perdidos en deseos volatiles?
Triestes ensoñaciones de un perdido momento lleno de una calida calma en brazos de un deseo.
Si, puede que lo mejor es mirar a desconocidos y aventurarse a pensar que quizas no se conocerá jamás a esas personas que con solo una sonrisa paran el tiempo.
¿quedará amor y anelos para mi o los perdí hace tiempo y busco reductos en otros labios?
Demasiadas preguntas que no quiero que sean contestadas.
Mirame a los ojos y mienteme, mi corazón lo prefiere.
Mirame a los ojos y dime que llegarán mañanas de besos y café, de sonrisas con miradas y de inocentes caricias.
MIrame a los ojos y dime lo que ves en tu reflejo en mis ojos.